Soy un aficionado a plasmar con mi cámara las imágenes
que intenten reflejar mi visión del momento, así como mis vivencias e
inquietudes.

viernes, 1 de noviembre de 2013

2 de Noviembre día de los Fieles Difuntos

La Iglesia católica celebra el segundo día del mes de noviembre la festividad de los fieles difuntos. La institución de esta fiesta fue obra de San Odilón, Abad de Cluny, quien la dispone para todos los monasterios de su congregación en los años finales del siglo X. Es bueno hacer notar el hecho de que un millar de monasterios benedictinos dependían de Cluny, lo cual sin duda alguna favoreció la difusión de dicha conmemoración.
 
Esta maravillosa iniciativa de ofrecer oraciones y sacrificios por las almas de los difuntos se extenderá rápidamente por toda la Iglesia Cató1ica aprobando después los Sumos Pontífices esta devoción, y es así que el Concilio Provincial de Oxford, efectuado en 1222, la declara como fiesta de segunda clase, en la que sólo se permitían las faenas necesarias e importantes. Posteriormente desde 1311 en tiempos  del pontificado de Clemente V, queda oficialmente establecida en Roma.


Entre recuerdos, creencias religiosas, tradiciones y tiempo variable, miles de personas han acudido a los cementerios, como es habitual el Día de Todos los Santos, para dedicar una oración a familiares y conocidos fallecidos, llevar flores a las tumbas o simplemente rememorar momentos vividos con ellos.
 
La tradición de asistir al cementerio para rezar por las almas de quienes ya abandonaron este mundo, está acompañada de un profundo sentimiento de devoción, donde se tiene la convicción de que el ser querido que se marchó y pasará a una mejor vida, sin ningún tipo de dolencia, como sucede con los seres terrenales.

El Día de Todos los Santos siempre ha sido una jornada de visita en los cementerios españoles, y el de los Difuntos de recogimiento, y esta tradición se mantiene, aun compartiendo protagonismo con otras importadas como Halloween (o víspera de Todos los Santos, en inglés). La tradición en este país manda que durante las semanas anteriores las mujeres de la familia limpien las lápidas y adecenten los adornos florales de las tumbas de sus seres queridos.


La muerte no es nada.
No he hecho más que pasar al otro lado.
Yo sigo siendo yo. Tú sigues siendo tú.
Lo que éramos el uno para el otro, seguimos siéndolo.
Dame el nombre que siempre me diste.
Háblame como siempre me hablaste.
No emplees un tono distinto.
No adoptes una expresión solemne ni triste.
Sigue riendo de lo que nos hacía reír juntos…
Reza, sonríe, piensa en mí, reza conmigo.
Que mi nombre se pronuncie en casa como siempre lo fue,
sin énfasis ninguno, sin huella alguna de sombra.
La vida es lo que siempre fue: el hilo no se ha cortado.
¿Por qué habría yo de estar fuera de tus pensamientos?
¿Sólo porque estoy fuera de tu vista?
No estoy lejos, tan sólo a la vuelta del camino…
Lo ves, todo está bien…
Volverás a encontrar mi corazón, volverás a encontrar su
ternura acendrada.
Enjuga tus lágrimas, y no llores si me amas.
 

SAN AGUSTÍN

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